Eran las 7 de la mañana del primero de enero e introduje la llave atravesando la cerradura de la puerta sin tomar conciencia de lo que se avecinaba. Para mi sorpresa todo parecía en orden
-Suerte la mía, deben estar durmiendo y no notarán la hora que es-dije soñolienta
Me dirigí a mi habitación con la intención de dormir pero mi madre se encontraba sentada en la cama, verla con ojeras y con bolsas en los ojos me hizo entender que se había pasado la noche en vela esperando a que llegase, con el ceño fruncido pero agobiada a la vez me dijo:
-Abril, ya me hartaste! Que desconsiderada eres, a pesar de estar castigada te dejé salir para que te divirtieras en año nuevo y lo único que te pedí fue que llegases a las 4!
-Divertirme? Discúlpame Madre pero, creo que por lo menos merezco un poco de consideración no?; después de todo lo que ha pasado no crees que distraerme un rato es lo mejor para mí? Y sí, acepto se me pasó la hora y qué?
-Que te pasa muchachita insolente!
Cachetada de por medio.
- Eres igual que mi padre te odio!
-Este es el límite Abril, ahora me vas a escuchar.
-Mamá Esq.…
-No Abril nada de excusas ahora yo soy la que voy a hablar y escúchame bien.
El tono de voz con el que me hablaba no era el mismo de antes se notaba un enojo y eso hizo que me estremeciera, pero que he hecho…
-Ya que tu no entiendes con castigos tu padre y yo hemos decidido mandarte a un retiro cristiano y vas a ir quieras o no!
-Campamento cristiano!-dije alterada tenia que librarme de esto sea como sea .
-Así es, tu bus parte a las 3 así que alista tus cosas, entiende por favor Abril te quiero y no puedo quedarme de brazos cruzados viendo como te transformas en alguien que ni yo reconozco.
Comprendí que no podía hacer nada, mi madre tenía razón, yo debía asumir las consecuencias de mis actos e iba hacer todo lo posible por hacer sentir mejor a mi madre.
Le sonreí y ella me besó y me dijo que se iba a descansar.
Me quedé profundamente dormida hasta las 2 que sonó mi celular, era Samantha una amiga del colegio quería saber como me había ido, le conté todo y me dijo que apenas llegue la llame.
Ya no quedaba tiempo para ver que llevar o que no así que abrí los cajones de ropa y los metí en una maleta vieja que encontré en el armario.
Mi mamá tocó la puerta y preguntó si ya estaba lista porque ya se estaba haciendo tarde le dije que si, busqué mi mp3, cogí el maletín y fuimos rápidamente en busca de un taxi para que nos deje en el punto de encuentro.
Llegamos, mi mamá se despidió con un besó me dijo que me llamaría para ver si llegué bien. Sinceramente no estaba a gusto rodeada de las personas que también estaban esperando el bus, no conocía a nadie y sentía que no encajaba ahí; pero eso no es novedad, casi nunca encajo en lugares determinados.
El bus llegó y subí rápido para encontrar sitio, me senté en la sexta fila junto a la ventana y estaba rogando que no se siente nadie a mi costado, ya íbamos a partir y un chico de tez clara y rubio ocupó el asiento que tanto deseaba que quedara libre, empezamos a hablar casi forzosamente y me dijo que era de Arequipa, le conté que era la primera vez que iba a un campamento de éstos y con una sonrisa en el rostro me dijo que me iba a divertir mucho.
Sinceramente dudé de ello.
Fueron muchas horas de viaje y yo me la pasé escuchando música y viendo por la ventana mi vida correr.
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